País de mayoría musulmana, aún se pueden palpar los efectos de la última colonización sufrida por los franceses. De hecho, su capital, Dakar, fue fundada por estos mismos a fines del siglo XIX. Anteriormente solo había habido por parte de los europeos, portugueses, holandeses, ingleses y franceses, principalmente, algunos asentamientos costeros de comercio de esclavos, como la isla de Gorea. Tras su independencia en 1960 ha pasado por varios momentos de inestabilidad, formando una federación (y disolviéndola posteriormente) con Malí y Gambia. Desde los 90 y hasta mediados de la década del 2000 hubo guerrillas en la parte sur del país que luchaban por la independencia de esta misma, la Casamanza.
En este país cohabitan varias etnias, siendo la mayoritaria la wolof, pero según la región pueden predominar otras, como la peule, serer u otras. Al sur, en la parte separada por el río Gambia se encuentra la región de Casamanza, una región culturalmente distinta dominada por la etnia diola, que además son cristianos; aunque ambas religiones monoteístas tienen una interpretación bastante particular en esta zona de África, estando mezcladas con el animismo y distintas tradiciones tribales africanas.
Los europeos solo empezaron a colonizar el interior del país a finales del siglo XIX y el siglo XX, hasta su independencia de Francia. Anteriormente habían dominado sobre esta zona distintos imperios o confederaciones africanas, como el Imperio Wolof o el Imperio de Malí, siendo este último quizá el mayor y más rico y poderoso imperio africano de la historia.
La división administrativa de Senegal comprende 14 regiones:
Aparte, existe la región no oficial de Casamanza, protagonista de un intento armado de secesión hasta hace pocos años, que incluye las regiones de Kolda, Sédhiou y Ziguinchor.
Otros destinos importantes a nivel turístico son diversos parques naturales y la región del País Basari.
Los europeos pueden entrar a Senegal gratuitamente y sin necesidad de visado para una estancia menor a tres meses.
Lo más habitual es llegar en avión. El aeropuerto internacional de Dakar recibe vuelos desde varios continentes. Desde España hay un vuelo directo operado por Vueling desde Barcelona y uno diario desde Madrid por Iberia; también hay vuelos desde las Islas Canarias operados por la línea Binter. Una vez allí habrá que encontrar un taxi (que son abundantes) para llegar al destino.
En coche se puede llegar desde España atravesando todo Marruecos y Mauritania. No suele haber problemas, más allá de los puestos aduanales, en los que quizá haya que pagar alguna tasa.
Hay aviones que conectan el norte de Senegal con la Casamanza, entre los aeropuertos de Dakar y Ziguinchor, con una frecuencia de 2 diarios. El precio ronda los 100 €, pero acorta mucho el trayecto, ya que los otros medios son: en coche atravesando Gambia, lo cual puede aumentar mucho el tiempo empleado; o en barco, que dura unas 18 horas.
Hay un ferry que viaja de Dakar a Ziguinchor y viceversa, haciendo escala a veces en Carabane, 3 o 4 veces a la semana. Los precios varían dependiendo del lugar que se escoja para viajar, variando entre camarotes de 2 personas, 4, 8 o butaca. El billete hay que comprarlo en el puerto, se ponen a la venta un mes antes, y hay que comprarlo con bastante antelación puesto que se acaban pronto. El viaje durará unas 18 horas. Los extranjeros tendrán que presentar el pasaporte a la hora de comprarlo.
De una ciudad a otra lo más habitual será desplazarse en siete plazas (sept-place): coches con capacidad para tantas personas que una vez han anunciado su destino, permanecen en la estación hasta que se completan las plazas, momento en el que parten. Son la manera más rápida y cómoda de viajar por tierra, y son muy comunes.
Otro medio son los autobuses, pero además de más incómodos, suelen tardar bastante más en llegar a su destino, ya que se paran más, a dejar y recoger gente u otros recados.
Dentro de las ciudades lo habitual es desplazarse por taxi, que no son muy caros, pero habrá que negociar el precio de antemano cuando se dice el destino.
El idioma oficial del país es el francés, con el que podremos comunicarnos con prácticamente todo el mundo. Además, también mucha gente habla español o inglés. Como idiomas locales, usados mayoritariamente por la población, cada etnia tiene el suyo propio, siendo el más extendido el wólof, pero habiendo también otros como el fula, serer, diola, etc.
El wólof es el idioma nativo de algunos senegaleses, pero encontrará que casi todo el mundo lo habla. Conocer los saludos y las frases básicas en wolof contribuirá en gran medida a obtener un mejor servicio y mejores precios.
El francés es el idioma oficial y todos los senegaleses lo aprenden en la escuela, por lo que es un idioma muy útil para los viajeros. Si bien algunos comerciantes senegaleses hablan inglés, la mayoría de los negocios se realizan en francés o wolof. Otros idiomas utilizados en Senegal incluyen Sereer, Soninke, Pulaar, Jola y Mandinka.
El saludo musulmán básico se usa a menudo: Salaam Aleikum - Paz contigo. La respuesta es Waleikum Salaam - Y a ustedes la paz.
Hay muchos puestos de artesanía senegalesa, con cuadros, esculturas y estatuillas o sillas. También hay puestos con ropa que se puede conseguir a bajo precio. En Senegal todo se negocia, y uno puede llegar a ahorrarse unos cuantos euros cuando aprende la mecánica.
| Tasa de cambio El 20 de mayo de 2025, un dólar estadounidense (USD) equivale a 575.5 XOF. |
La moneda del país es el franco CFA de África Occidental , denominado CFA (código de moneda ISO: XOF ). También lo utilizan otros siete países de África Occidental. Es intercambiable a la par con el franco CFA de África Central (XAF), que es utilizado por seis países. Ambas monedas están fijadas a un tipo de cambio de 1 euro = 655,957 francos CFA.
El franco CFA de África Occidental pasará a llamarse "eco" a finales de 2020. Continuaría estando fijado al euro.
Ecobank acepta tarjetas Master Card y Visa en sus cajeros automáticos en Senegal. Fuera de las principales ciudades, los cajeros automáticos no existen y las transacciones con tarjetas de crédito son inauditas.
Los mapas turísticos están disponibles en las oficinas de turismo .
Si desea explorar el país en automóvil, necesita uno.
Se requiere una vacuna contra la fiebre amarilla, junto con el certificado de vacunación, para ingresar a Senegal. Sin embargo, no se controla de forma regular.
Compre al menos una mosquitera (preferiblemente impregnada de permetrina) y un buen repelente (preferiblemente a base de DEET). La permetrina se puede lavar en la ropa y permanecerá en la prenda durante un mes antes de que desaparezca la eficacia del producto y se debe volver a aplicar.
Si visitamos un centro de vacunación internacional nos dirán que tenemos que vacunarnos de la fiebre amarilla, la tifoidea y la hepatitis A, además de seguir un tratamiento contra la malaria (el Malarone). En estos centros se ofrecen las tres primeras vacunas a bajo precio (subvencionado), por lo que es recomendable visitar uno antes del viaje. Además, hay otras recomendaciones:
La gastronomía común en Senegal consiste fundamentalmente en platos de arroz o sémola con carne o pescado. Una de las especialidades es el rape (lotte en francés), que podremos encontrar a la plancha o en brochetas, además de en otras variantes. En restaurantes típicamente senegaleses, la comida es barata y la servirán en un plato comunitario para varias personas; sin embargo, también hay restaurantes de estándar más elevado (más cercanos al estilo europeo), en los que nos servirán individualmente. Conforme subimos de nivel en el restaurante, podremos apreciar una mayor influencia de la cocina francesa. También usan mucho especias picantes, por lo que conviene preguntar antes si no apreciamos mucho este tipo de sabor.
Los platos que nos podremos encontrar son:
Senegal es un país mayoritariamente musulmán, pero se puede encontrar fácilmente cerveza y en los restaurantes habitualmente podremos pedir vino. Las marcas de cerveza locales son la Gazelle, más suave, y la Flag, algo más fuerte.
Además, podemos encontrar bebidas locales con sabores bastante peculiares: el bissap, la más típica, una infusión dulce de hibisco que se suele tomar muy fría; y otros como el zumo de baobab o de ditakh, cuyo sabor también podemos encontrar en helados.
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